Retroceso en la pandemia
En una casa viven los papás y dos hijos, uno de tres años y otro de 8, encerrados por la pandemia. Los niños no tienen más que el uno al otro como compañero de juegos. El niño de 8 no tiene quien lo desafíe intelectualmente. Nadie que le exija manejar sus emociones en el descanso o en el juego de básquet o de fútbol. Poco a poco, sus habilidades sociales y emocionales, en lugar de progresar, van experimentando [...]