Al terminar una sesión de trabajo, sobre estrategia y planeación, el empresario se quedó muy serio, luego concluyó: «Entonces, al final, todo nos lleva a la gente. Si queremos crecer necesitamos más gente y mejor gente».

Aunque parezca obvio, para muchos líderes de negocio no lo es. Piensan en el capital, la maquinaria o la tecnología. Tienen clara su visión, pero no tienen claro que para traducir esa visión (desafío) en acciones, requieren tomar en cuenta al personal, a los colaboradores. Según Jim Collins, considerar a quién voy a subir al autobús con el que voy a operar mi estrategia.

Ese es el mayor reto estratégico en las empresas e instituciones de todo tipo y tamaño. Empieza por asuntos muy básicos como completar la plantilla de trabajadores, operarios, vendedores, etc., hasta conseguir o desarrollar los gerentes y directores del negocio. En algunos casos, incluso es necesario seleccionar y preparar a los miembros del Consejo.

La pequeña empresa batalla porque no puede pagar los sueldos de los perfiles que tienen las capacidades necesarias; y la grande porque los perfiles adecuados son tan especializados y por lo tanto escasos. Ambas tienen esencialmente el mismo problema: el talento.

Las empresas necesitan personal con habilidades, conocimientos y experiencia, además de capacidad para adaptarse y trabajar en equipo. Se requieren talentos innovadores para desarrollar nuevos productos y negocios y con todo esto formar una cultura empresarial sólida y positiva.

La solución termina siendo un esquema temporal, se habilitan personas que no tienen el perfil (Si camina y habla ¡contrátalo! – le decía el jefe de producción a la persona de Recursos Humanos durante una crisis de falta de personal). También se demoran para tomar la decisión de despedir a una persona que no cumple con el puesto, pero resulta que no hay nadie para sustituirlo.

Un ejemplo de esta problemática lo encontramos en los equipos deportivos profesionales: contratan, promueven, despiden y los resultados no llegan. Arman equipos llenos de estrellas y no pasa nada porque el líder no consigue hacerlos trabajar como verdadero equipo.

Así, la estrategia de la empresa pasa necesariamente por la estrategia de capital humano y talento, por su atracción, desarrollo, engagement y promoción.

¿Tú ya tienes una estrategia de talento lista para integrarla a la estrategia de la empresa?