Es muy común el dicho: “el que no crece, perece” para destacar la importancia del crecimiento en las empresas. Crecer, porque lo opuesto es perder posición en el mercado, volverse irrelevante entre las empresas competidoras que van creciendo y apoderándose de la demanda. Crecer porque es necesario hacer lugar al nuevo talento que se va desarrollando en la empresa y necesita un puesto, un rol y una proyección a futuro. Crecer porque hay que alcanzar más gente, más clientes y lograr un mayor beneficio para la sociedad con la propuesta de valor y los productos o servicios de la empresa.

Pero también surge la pregunta: ¿hasta dónde crecer?, ¿existe un límite lógico y sensato para el crecimiento?, ¿o se trata de crecer porque así lo mandan los principios de la estrategia?

Existen varias reflexiones sobre el tema. Hay una manera de pensar que marca que el crecimiento no es por siempre, que hay algunos negocios que funcionan con un límite de tamaño. Un restaurante puede ser un buen ejemplo. Hay restaurantes que deben ser de un tamaño definido para logar el mejor servicio y la mejor experiencia para el cliente. Los dueños pueden desarrollar otros restaurantes, pero algunos no se prestan para franquicia, especialmente los Upscale.

Otro caso se presenta cuando el fundador reconoce que el siguiente nivel en crecimiento trae consigo un nivel de complejidad tal que el/ella no está preparada para manejarlo, ni para manejar el perfil de las personas a las cuales puede recurrir para que manejen los problemas asociados al crecimiento.

Javier Cercas, escritor y columnista del diario español El País Semanal se preguntaba: ¿a qué edad deben retirarse los artistas, compositores, novelistas?, ¿cuándo deben dejar de producir canciones, cuadros, películas o novelas?

La respuesta vale para el crecimiento de las empresas; mientras el artista tenga algo nuevo que decir y tenga la energía para hacerlo, es posible seguir contribuyendo a la belleza de la humanidad. Entonces mientras la empresa tenga una innovación y la manera de producirla, el mundo, el mercado, está listo para mantener su existencia, aunque no necesariamente esté creciendo.

Así que mientras Mick Jagger de los Rolling Stones tenga ánimo y energía para cantar y bailar con Lady Gaga y Taylor Swift lo debe seguir haciendo.

Igual el empresario si tiene ánimo para crecer y crear algo nuevo que ofrecer al mercado, lo debe continuar.

Y tu, ¿qué opinas, hasta dónde debe crecer tu empresa? ¿Hasta dónde debes crecer tu como empresario o ejecutivo?