Esta es una de las preguntas más frecuentes en el mundo de los negocios. Se la hace el estudiante o recién graduado al buscar qué hacer si no quiere un empleo formal. Se la hace el ejecutivo que ve topada su carrera profesional/salarial o en la crisis de los cuarenta.

También se la hace la madre profesionista que busca seguir activa en el campo de los negocios, pero con suficiente tiempo disponible para atender a su familia.

Finalmente, se la hace el capitán de empresa que encuentra que su negocio está muy concentrado y dependiente de un solo cliente, un mercado o un proveedor y quiere diversificarse; o cuando se encuentra con que a la 2G o la 3G no les alcanzan los puestos formales en la empresa.

No hay una metodología probada para responder esta pregunta. Como lo escribe Peter Thiele en Zero to One: si alguien usa la metodología de Steve Jobs no va a inventar otro Apple o a desarrollar otro Facebook como Mark Zuckerberg.

La metodología de la innovación (y todo nuevo emprendimiento es forzosamente una innovación) debe ser reinventada, renovada para el caso en cuestión.

De la tecnología de innovación de Design Thinking, Evans (profesor de la especialidad en Stanford) propone un enfoque doble:

1. Mejorar o derivar algo de lo que ya sabes o ya estás haciendo; una adyacencia, una integración o un derivado de las actividades conocidas.

El segundo enfoque es más interesante con una pregunta abierta:

2. Si no tuvieras ninguna limitación de conocimiento, recursos para invertir o miedo al ridículo, ¿qué te gustaría hacer?, ¿qué te imaginas que pudieras emprender?

Luego vendrían las restricciones o limitaciones de la realidad, pero por lo pronto la generación de ideas nuevas enriquece la búsqueda del nuevo negocio.

Los clásicos sostienen: de la experimentación se encuentra la vocación. Esto significa que en realidad no hay un éxito asegurado desde el primer intento. Hay un proceso de aprendizaje en el proceso de diseñar y construir nuevos negocios y de ese proceso de acercamiento sucesivo a la solución final se puede trabajar un Start-Up formal. La visión se construye con educación y práctica.

Algunos consejos aplican (dentro de cierto rango).

Trata de no invertir en negocios muy competidos, recomienda Warren Buffet, y al revés, no importa la competencia en la industria, importa la estructura y la productividad interna de la empresa. Tú escoges dónde te ubicas.

Es recomendable tener en cuenta el perfil personal. No todos pueden poner un restaurante, se requiere el gusto por servir y coordinar gente, el gusto y conocimiento por la comida. Por contraste, para construir una fábrica de software es mejor tener gusto por lo digital y poder manejar un equipo de especialistas y desarrolladores, que tienden a trabajar en solitario y con poco contacto humano.

Y tú, ¿qué pregunta te haces? ¿Cuál es tu perfil emprendedor? ¿En que tienes experiencia?