A continuación, enumero algunas reflexiones sobre la estrategia aprendidas en el camino de la vida en los negocios.

  1. En estrategia no hay final feliz

En los cuentos, las películas y ahora en las series y redes sociales casi siempre hay un final feliz. Desde la Caperucita roja a los de videos de YouTube, la historia normalmente termina con alguien que triunfa y vive feliz.

En los negocios, y en la estrategia particularmente, el final solo es el principio de algo más, del siguiente cambio del competidor, del nuevo desarrollo tecnológico o la ocurrencia regulatoria, las renuncias, alianzas, etc.

Así que a la pregunta: ¿Cuándo empezamos el próximo proceso estratégico? Yo respondo: “Cuando terminemos este en el que estamos ocupados. Entonces será un buen momento”. En lugar de un final feliz se trata de continuar el proceso de flexibilidad y adaptación estratégica a los cambios y a la visión de largo plazo.

  1. Los libros de estrategia son incompletos

¿Por qué, al igual que libros de desarrollo personal y autoayuda, hay tantos libros sobre estrategia? Si funcionarán los libros para esas dos aplicaciones solo se requerirían unos cuantos.

El problema en los dos casos es que los libros están escritos con base en la experiencia de sus autores/as y en lo que les ha funcionado. Las circunstancias de las personas y empresas son sumamente variadas y diferentes. Tomemos como ejemplo el caso del tamaño de la empresa. No es lo mismo el libro que toma el caso de una corporación americana como Apple al de una empresa mediana en un país latinoamericano; o el caso de un abogado neoyorquino que busca ayuda en libros que el de un emprendedor en San Nicolás, Nuevo León.

Los conceptos son válidos, las circunstancias de aplicación son totalmente diferentes. Los libros están escritos para los primeros ejemplos. Hay que trabajar para adaptarlos a los segundos, recordar que las empresas son tan distintas y variadas que el mejor libro de estrategia no cubre todas las necesidades. Por eso hay tantos libros y consultores.

  1. En estrategia no hay free lunch

Como te habrás dado cuenta, tanto en la estrategia de negocios como en la estrategia personal el proceso implica cambio, inversión de recursos de algún tipo, como inversiones en equipos y maquinaria o desarrollos, inversiones de tiempo ejecutivo, inversiones de energía directiva para, entre muchas otras decisiones como, por ejemplo, integrar el nuevo equipo directivo.

Tanto el proceso de escoger qué sí hacer o qué no, como el proyecto de implementación y seguimiento requieren de inversión de tiempo, energía, autocontrol, autodesarrollo por parte del líder y de su equipo. En resumen, no hay lonche gratis todo cuesta estratégicamente y hay que estar preparado para asumir el costo.

  1. El progreso no es lineal

El business plan del Startup termina con las proyecciones financieras, ventas, participación de mercado y otros indicadores siempre en ascenso y siempre optimistas, mejorando continuamente.

Con frecuencia esto también lo podemos ver en las grandes empresas, en sus proyecciones entregadas a los inversionistas y a la Bolsa. Los malos tiempos ya pasaron, ya con la nueva estrategia todo será miel sobre hojuelas, todos los indicadores con tendencias de mejora.

La realidad es diferente: las tendencias positivas se interrumpen, aparecen los malos resultados, o no desaparecen; esos baches parecen no terminar mientras el tiempo pasa y la empresa se complica.

Así los gurús y los observadores de las empresas hablan de las curvas S para explicar que las líneas del progreso no son naturalmente rectas.

Igual sucede en la estrategia personal. El crecimiento pasa por los baches pequeños y por los grandes abismos que se deben cruzar para continuar progresando y creciendo.

Este concepto reconoce el aspecto impredecible y dinámico del entorno empresarial y las habilidades a desarrollar para sobrevivir, como el aprendizaje y la resiliencia.

Y tú, ¿Cuáles son tus experiencias y estampas estratégicas?

Vamos coleccionando estampas, si nos las quieres compartir, todos aprendemos.