No soy especialmente fan del fútbol americano. Además del Super Bowl veo algunos juegos de la temporada y creo que ver a los Patriotas con Tom Brady es todo un espectáculo. Ver a una persona, un líder en acción bajo presión, en perfecta calma, en control de sí mismo y de su equipo es impresionante. Los altibajos del partido son emocionantes. En los últimos segundos lograron revertir el resultado y pasar de ir perdiendo a ganar por un punto.
El talento y habilidad ganados en años de entrenamiento no son suficientes para atletas, ejecutivos y deportistas para desempeñarse a tope consistentemente. Muchos de ellos recurren también a prácticas de entrenamiento mental. Hay que manejar el estrés y la ansiedad de la gran final, la discusión o negociación estratégica o la presentación de proyectos importantes. Para el desarrollo del auto control existen múltiples metodologías que han pasado de la religión (meditación trascendental) a los deportes y de ahí a los profesionales de los negocios y la política.
La historia del final de la temporada pasada de la NFL y el inicio de esta fue muy polémica. Los Patriotas fueron acusados de alterar los balones de juego bajándoles la presión para hacerlos más manejables por el quarter back y sus receptores. Supuestamente esto influyó en su triunfo del Super Bowl
Parece que este episodio le sirvió como desafío y se ha dedicado a demostrar que no tuvo nada que ver con el asunto conocido como deflagate. A partir del inicio de la temporada, según los expertos, Brady está jugando más concentrado, con mayor decisión y a demostrar que puede ganar con los balones perfectamente inflados.
La exhibición del partido del domingo contra Gigantes fue imponente. Mientras el equipo defensivo en el campo permitía que lo superaran por dos puntos y el tiempo agotándose, Brady permanecía sentado, aparentemente sin la menor preocupación. Concentrado, sin angustia, con la seguridad de que podían resolver la situación.
Lo que siguió fue una demostración de auto control, autoconfianza y liderazgo. Las jugadas de final del partido se ejecutaron con precisión, presencia de ánimo y con la frialdad para hacer ajustes sobre la marcha. El equipo parecía una extensión del mariscal de campo y de su mente. Finalmente Brady salió del campo con la misma tranquilidad. Seguro que había dejado las condiciones para que el resto del equipo completara la tarea.
También en los negocios he sido testigo de un desempeño genial en una negociación millonaria, en el proceso de establecer un contrato o una alianza estratégica. Es claro que no bastan los conocimientos o el talento adquirido por la preparación que se logra pasando por puestos, empresas y países. También se requiere entrenamiento mental para el desempeño bajo presión.
El éxito en estos momentos estresantes requiere lo que Adam Bryant, columnista del New York Times identifica como battle-hardened confidence o confianza templada en las batallas. De esto hace gala Brady, al igual que lo muestran otras personalidades como el Presidente Obama en sus conferencias de prensa.
La condición que se identifica como “templado o endurecido por las batallas” es algo que necesariamente se alcanza en la lucha, pero se enriquece con lo que se piensa después de cada episodio (after action review) y el trabajo con que se prepara la siguiente batalla. El trabajo mental contribuye a la sensación de calma y auto control de los quarters backs y se repite en los ejecutivos en pleno proceso de negociación.
Esa presencia de ánimo que permite tomar las decisiones más adecuadas en los momentos más intensos, es lo que empareja a los deportistas de élite con los líderes de negocios más exitosos. La buena noticia es que esta habilidad no es exclusiva de los grandes atletas o líderes de negocios. Se puede aprender.
Dos herramientas prácticas contribuyen a mejorar el desempeño bajo presión: los ejercicios de relajación profunda y los procesos de visualización de la situación de competencia futura.
Con la primer herramienta, el atleta y el ejecutivo practican una y otra vez la relajación que lleva a la situación de calma y tranquilidad. Se intenta una y otra vez hasta lograr la sensación de calma casi automáticamente, con una sola palabra o gesto, lo que los expertos llaman un ancla. La tendencia en la práctica moderna del mindfulness es muy útil para aprender a trabajar en calma y control.
Como lo explica Francine Shapiro, psicóloga americana que descubrió y desarrolló técnicas modernas de terapias , se puede practicar el evento futuro, prepararse mentalmente repasando la situación y resolviendo de antemano las situaciones problemáticas. Esto constituye la segunda herramienta. Según encuestas recientes más del 90% de los deportistas de alto rendimiento usan estas técnicas . Y pueden ser aplicadas por los líderes de negocios.
En esta práctica no se trata solamente de imaginar la situación, sino de pasar la película de lo que va a suceder y anticipar las reacciones propias y las de los colegas o los oponentes. Los resultados pueden ser muy favorables para enfrentar situaciones complicadas.
Los negocios se complican, los problemas son cada vez más complejos y más grandes, el empresario necesita tener la cabeza fría y la serenidad para tomar las grandes decisiones. Los competidores ya están intentando nuevas medidas para mejorar su desempeño. Esta ruta que le recomiendo le puede ayudar a usted para mantener su competitividad y la de su equipo.
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