Solo el tiempo decide quién fue buen estratega. No serán los resultados inmediatos ni el valor de la acción de su empresa durante su período como CEO.
Los resultados de largo plazo son los que se sostienen a través del tiempo, los que determinan quién es el buen estratega.
Los casos recientes de los CEO, Jack Welch en General Electric y el de Bob Iger en Disney, demuestran cómo aquellas que parecían estrategias geniales no soportaron el paso del tiempo. En su libro The Ride of a Lifetime, Iger narra su estrategia de crecimiento: construir una plataforma integrada con las compras de franquicias famosas como Star War’s, Pixar, Marvel, abrir parques de diversiones en China e incursionar en el negocio de streaming con Disney+. Poco después de que Iger se retirara al llegar a la edad de jubilación, Disney empezó a tener problemas serios, lo que obligó al Consejo a pedirle que regresara a dirigir la empresa.
En la galería de los nuevos miembros del Salón de la Fama empresarial ahora el estratega de moda se llama Elon Musk, famoso por sus empresas innovadoras y por el impacto de los emprendimientos para alcanzar sus sueños.
Un caso destacado es SpaceX, en el cual junta varios elementos en sus planes para llegar al planeta Marte. Primero, tiene una visión audaz con una misión asociada: colonizar Marte y otros planetas, esto implica un fuerte componente de innovación y segundo, con la ejecución estratégica se conjunta la transformación de un mundo complejo como la exploración espacial.
Musk empieza con una visión transformadora: que la especie humana sea multiplanetaria. Esta visión arrastra toda una serie de esfuerzos, innovaciones y experiencias. Es una auténtica meta a largo plazo. Más demandante aún, porque este tipo de iniciativas solo las han realizado gobiernos de países.
Las acciones continúan con la innovación disruptiva: se salen de los métodos, creencias y filosofías que marcan la industria aeroespacial desde su nacimiento en los años 50’s. El problema fundamental de los viajes interplanetarios es el costo involucrado con los cohetes y naves espaciales.
Musk ataca esto radicalmente al reutilizar la primera parte de los cohetes, esos componentes que casi inevitablemente se desechaban, se lo propuso y ya lo ha logrado.
En el campo de la innovación, aplica principios de Design Thinking haciendo mejoras incrementales; no importa si el cohete falló físicamente, en cada lanzamiento se logra colectar información que sirve para un mejor diseño en la siguiente prueba.
Musk hace alianzas con la NASA y otras empresas del sector privado para avanzar con más rapidez.
Aunque ha logrado grandes avances todavía está lejos de su visión, pero en el camino ha revolucionado radicalmente una industria y de pasada le ha mostrado al mundo cómo transformar de raíz una industria que parecía estable y segura.
¿Y tú, cómo estás revolucionando tu visión y tu industria?
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