La divisa clásica: “Conócete, acéptate, supérate” sigue más vigente que nunca. Se trata de una secuencia que se tiene que respetar. No te podrás superar o desarrollar sin antes aceptar lo que tienes que cambiar en ti y eso por cambiar viene necesariamente de conocerte.

Hasta hace poco tiempo, conocerse era un proceso largo de auto observación y de hacerse acompañar por un maestro, guía o director espiritual. El avance era lento, pero permitía hacer iteraciones cortas, conocerse, aceptarse y superarse un poco más. De esta manera se daba y se sigue dando el progreso personal.

Con el desarrollo de la psicología social y la estadística aparecen una gran variedad de herramientas para perfilar a las personas, desde la inteligencia clásica hasta las variantes de la inteligencia emocional pasando por distintos modelos.

En un proceso de selección de ejecutivos, las baterías de exámenes psicométricos y simulación de situaciones que asemejan la vida real en las empresas generan cientos de datos sobre la persona en su momento actual y hasta pueden predecir su futuro y su potencial en la empresa estableciendo una comparación de la persona con miles de personas en roles similares.

Eso que sirve a las empresas para seleccionar al candidato ideal, cuando llega a manos de la persona, constituye una sobrecarga de información abrumadora y deja la necesidad de que sean interpretados por un especialista. Se cierra el ciclo, un guía.

Una alternativa es escoger un instrumento que refleje la mayor información sobre la persona y no necesite minería de dato. Esto puede enfocarse en conocer los valores personales porque éstos determinan cómo tomamos decisiones.

Varias escuelas de psicología sostienen que los valores son los que guían el comportamiento personal y conocerlos ayuda a tomar decisiones basándose en ellos. También puede pasar por el proceso de aceptarlos y si no son los valores que creemos que debemos tener para lograr la felicidad y el éxito personales pasar por el proceso de cambiar alguno para superarse.

Una prueba sencilla y muy útil está en VÍA en la Web.

Y tú, ¿cómo te conoces? ¿Cómo es tu proceso de autoaceptación? ¿Y el de superarte?