Para tener completo el ejercicio estratégico, además de tomar en cuenta los elementos básicos, es conveniente plantearse al menos cinco preguntas que definen el quehacer estratégico de la empresa que son diferentes a las clásicas como: ¿Dónde queremos estar en el futuro?, ¿cómo vamos a ganar? y ¿dónde estamos ahora?
Las siguientes preguntas son hechas con un enfoque diferente de la estrategia. Tener las respuestas daría un giro importante en la dirección de las empresas, por ejemplo:
- ¿Cuál es el problema del cliente que queremos resolver?
Esto implica saber claramente quién es nuestro cliente, en qué segmento de mercado se encuentra y qué está haciendo la competencia para resolverlo. Saber qué le duele al cliente es indispensable para hacer el mejor diseño de la solución. Si el problema es interno, entonces para ayudar al cliente a resolver el suyo la organización debe enfocarse en el cliente, antes que nada.
- ¿Cuál es nuestro problema para resolver el problema del cliente? Si resolvemos estos dos problemas, el del cliente y el nuestro, resolvemos la cuestión.
Aquí se tienen que enfocar todos los esfuerzos de la organización en resolver el problema del cliente con prioridad sobre otras posibilidades de mejora de la empresa. Por ejemplo, si se trata de un problema que se resuelve con enfoque digital el plan de re-digitalización debe orientarse primero al cliente.
- ¿Cómo sabemos que avanzamos en las dos tareas? ¿Cómo saber si estamos ganando? La respuesta a alguna de las preguntas anteriores se convierte eventualmente en indicadores, pero se requiere la información detallada frecuente para saber si el avance que buscamos está llevándose a cabo con disciplina, suficientemente rápido y en el sentido correcto.
- ¿Quién nos va a acompañar en este viaje? ¿Cómo movilizamos los recursos para ejecutar?
En su famoso libro, Good to Great, Jim Collins sostiene que esta pregunta es lo primero: ¿Con quién vamos a hacer el viaje, a quién vamos a subir en el autobús estratégico de la empresa para que nos acompañe en su transformación?
- La cuestión del tiempo: ¿Cómo consideramos el tiempo en el proceso estratégico? Son dos aspectos, el primero es cómo empezamos a priorizar las acciones de implementación. La tendencia nos lleva a tratar todo como urgente y queremos hacerlo de inmediato, lo cual obviamente es imposible. El segundo aspecto tiene que ver con el concepto de “delay” que es el tiempo que tiene que pasar para ver resultados. Un bebé tarda nueve meses en nacer, sin importar cuántos quieran ayudar en el proceso.
Estas preguntas son sólo el inicio, el proceso de diseño de la estrategia genera experiencias acumuladas que facilitan, entre otras cosas, a hacer las preguntas correctas y más adecuadas para la oportunidad que se vive, viendo el futuro y tomando decisiones en el presente.
Para ti, ¿cuáles son tus preguntas estratégicas?
Deja tu comentario