Conozco muchas personas que pueden explicar muy bien porqué fallaron las cosas, algunos incluso pueden dar explicaciones muy sofisticadas sobre una situación, pero lo que realmente se necesita es la persona que, ante el problema, y sin importar si es pequeño o mayor, declare “yo me hago cargo” y realmente resuelva el problema. Y de esos hay muy pocos.” Barack Obama
Así están pobladas las salas de juntas de las empresas, llenas de analistas que explican la situación cada vez con mayor profundidad y sofisticación y son pocas las personas que se hacen cargo de la situación y la resuelven.
Esto revela una verdad fundamental sobre el liderazgo efectivo: la importancia de la acción decisiva para enfrentar los desafíos.
Durante la Guerra Civil Norteamericana el presidente Lincoln nombró una serie de generales como ministros de guerra, el máximo cargo para luchar contra los rebeldes sureños.
Pasaron varios titulares del Ministerio que pedían más hombres, más pertrechos, más equipo y tiempo. Todos posponían el inicio de las operaciones de guerra, la acción decisiva para enfrentar el reto de los secesionistas.
Cansado de excusas, Lincoln recurrió al general Ulysses S. Grant de no muy buena fama, quien tomó las riendas del Ministerio, se hizo cargo y declaró: “va a morir gente, pero vamos a ganar” y así salvó la Unión de Estados Unidos con acciones y responsabilidad definidas.
¿Dónde están esos líderes? Nacen pocos, como dijo Peter Drucker, por eso hay que prepararlos, formarlos bajo un propósito y un programa. Hay que ser realistas, no todos tienen capacidad, pero muchos tienen el potencial sin haber sido “descubiertos” porque en sus puestos no hay exposición o porque en su tarea sólo se les pide ser los analistas profundos y sofisticados, no hacerse cargo y resolver.
Algunas prácticas que pueden ayudar a desarrollar líderes responsables que se hagan cargo son:
- Toma de decisiones. Proporcionar oportunidades para que puedan tomar decisiones en ambientes controlados.
- Fomentar la autoconfianza. Reconocer y construir sobre las fortalezas. Dar feedback positivo.
- Pensamiento estratégico. Ayudarlos a pensar estratégicamente pensando en el futuro, identificar problemas, evaluar riesgos y oportunidades.
- Resiliencia. Ayudar a desarrollar la resiliencia emocional y mental, enfrentar los desafíos y aprender de los fracasos.
- Trabajo en equipo. Los líderes deben aprender a trabajar colaborativamente con otros para lograr objetivos comunes.
Y tú, ¿analizas y explicas o te haces cargo?
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